Nivia Born Boutique Hotel te trae una sencilla receta para reproducir este dulce típico en casa
La coca de patata es una de las delicias más emblemáticas de la isla de Mallorca; una joya de la repostería que combina simplicidad y sabor en un bocado suave y esponjoso. De humilde apariencia, este preciado dulce se ha ganado un lugar especial en la gastronomía mallorquina. ¿Se han activado ya tus papilas gustativas? Sigue leyendo.
Si hay que señalar un lugar de la geografía mallorquina que sea referente en la preparación de la coca de patata, este es sin duda el pintoresco pueblo de Valldemossa, con larga tradición en la elaboración de estos irresistibles bollos, que han sido parte integral de sus fiestas patronales y ferias. No obstante, la coca de patata se puede encontrar a día de hoy en cualquier punto de la isla.
Acompañado de helado (casi siempre de almendra) u horchata en verano y de chocolate caliente en invierno, este pastelillo solo requiere ocho ingredientes básicos que cualquiera podría tener en casa y que deben mezclarse con las siguientes proporciones:
- Harina de fuerza (250 gr)
- Patata cocida y machacada (125 gr)
- Huevos (2 uds.)
- Azúcar (100 gr). También azúcar glass para espolvorear.
- Manteca de cerdo (40 gr)
- Leche tibia (25 ml)
- Aceite de girasol (25 ml)
- Levadura fresca (15 gr)
Pasos para elaborar la coca de patata mallorquina
- Lo primero que debemos hacer es hervir las patatas (mejor con piel).
- Después trituraremos los tubérculos en un bol, al que añadiremos la manteca cuando todavía estén calientes.
- A continuación, incorporaremos el resto de ingredientes: azúcar, aceite, levadura y leche. La harina será lo último y se introducirá poco a poco hasta formar una masa uniforme.
- El siguiente paso es dividir en porciones la masa, con forma de pequeñas bolas de unos 70-80 gr.
- Dejar que fermente durante un día.
- Hornear a unos 160 grados durante 15-20 minutos.
- Espolvorear al gusto con azúcar glass.
¿Y si prefiero que me la den hecha?
Hay varios hornos que son famosos en Mallorca por sus sabrosas cocas de patata. En Valldemossa, por ejemplo, Ca’n Molinas, en calle Blanquerna, es toda una institución desde 1920. Ya en Palma, algunos comercios que siguen la tradición son Forn Fondo, el Forn des Teatre o Can Joan de s’Aigo, donde también podrás probar otras especialidades como el cuarto, el gató o las irresistibles ensaïmadas.