Se aproxima el Black Friday o “Viernes Negro”, una fecha que se ha convertido en tradición, no solo en Estados Unidos sino también en gran parte del planeta. Todos conocemos el Black Friday como el gran día de las compras. En España fue la empresa MediaMarkt la que popularizó esta cita en 2012 con jugosas ofertas –un año más tarde El Corte Inglés y Amazon adoptarían esta práctica–, después de que casi una década antes los almacenes Walmart y Sears hicieran lo mismo por primera vez en Estados Unidos.
Pero… ¿Por qué hablamos de “Viernes Negro” cuando los descuentos son algo que deberíamos celebrar? Suena contradictorio, ¿verdad? Hay que remontarse a 1975, cuando The New York Times utilizó la expresión Black Friday para aludir al caos que se había producido el día después de la jornada de Acción de Gracias, cuando miles de compradores abarrotaron las calles y tiendas para comenzar sus compras navideñas. No era la primera vez que el Black Friday aparecía en los periódicos. A mediados de 1950, el diario Telegraph empleó esa combinación de palabras para describir la avalancha de personas que se había producido en la ciudad de Filadelfia por la coincidencia de la celebración de un partido de fútbol y la horda de compradores que se habían concentrado también el día después de Acción de Gracias.
Los comerciantes empezaron a hacerse suyo este término para referirse a la gran afluencia de consumidores que se producía en estas fechas. Desde entonces, el cuarto viernes de noviembre marca oficialmente el inicio de la temporada de compras navideñas y las tiendas ofrecen descuentos y promociones increíbles que desatan una verdadera fiebre consumista. Canadá, Reino Unido, Australia, España… Cada país celebra su propia versión del Black Friday.
Aún hay más. El Black Friday ha desarrollado su versión cibernética: el Cyber Monday, que tiene lugar el lunes siguiente y está dedicado a las compras en Internet, con descuentos especiales en productos electrónicos y tecnológicos principalmente.
El turismo se suma al Black Friday
La euforia del Black Friday ha llegado también al sector turístico. Los alojamientos y compañías aéreas ofrecen descuentos que rondan el 10 %. A las prendas de ropa y calzado, juguetes y artículos electrónicos también se suman las experiencias. Porque la Navidad también es la época perfecta para regalarnos una escapada, un soplo de felicidad.
